Las contracturas musculares representan una de las lesiones leves que pueden limitar significativamente nuestra actividad física diaria, siendo frecuentes en la población y con la espalda como uno de los principales focos de incidencia.
A menudo se asocian las contracturas musculares con personas deportistas, pero, paradójicamente, son más comunes entre individuos sedentarios debido a la falta de tono muscular.
¿Qué implica una contractura muscular?
El término «contractura muscular» alude al momento en que un músculo se contrae para generar movimiento o fuerza, manteniéndose en estado de contracción en lugar de relajarse como es habitual.
Las contracturas musculares pueden surgir de diversas formas:
Durante la actividad física o en movimientos cotidianos, especialmente si el músculo no está debidamente preparado o calentado.
Después de realizar ejercicio intenso, debido a la fatiga muscular, o tras un golpe o traumatismo.
Por mantener posturas inadecuadas durante períodos prolongados, como estar sentado incorrectamente frente a una computadora todo el día.
También pueden ser causadas por el estrés crónico, que genera tensión muscular y puede desembocar en lesiones.
¿Cómo prevenir las contracturas musculares?
Aunque es imposible prevenir todas las lesiones, hay pautas que pueden reducir el riesgo de contracturas musculares:
- Higiene postural: Evitar posturas incorrectas al sentarse, caminar o cargar peso puede prevenir la aparición de contracturas.
- Calentamiento adecuado: Antes de hacer ejercicio, es esencial calentar progresivamente los músculos para evitar lesiones.
- Mantener un buen tono muscular: La actividad física regular contribuye a mantener la salud muscular y reduce el riesgo de lesiones.
- Reducir el sedentarismo: Estar activo físicamente ayuda a mantener la musculatura en buen estado y disminuye las posibilidades de sufrir una contractura.
Principales áreas de contracturas musculares
El cuello, la espalda y las piernas son las zonas donde suelen ocurrir con mayor frecuencia las contracturas musculares.
- Contracturas cervicales: Provocadas por malas posturas, especialmente en trabajos de oficina, o por la elección incorrecta de almohadas al dormir.
- Contracturas en la espalda: Son comunes debido a malas posturas, estrés, fatiga muscular y falta de tono muscular.
- Contracturas en las piernas: Suelen afectar a personas deportistas o principiantes que exceden su capacidad física, y también pueden ser causadas por el uso constante de tacones altos.
- ¿Cómo tratar una contractura muscular?
Lo primero es detener cualquier actividad física que pueda empeorar la lesión. Descansar y aplicar calor local pueden aliviar los síntomas.
Realizar estiramientos suaves, siempre que no causen dolor, puede ayudar a relajar la musculatura afectada y mejorar la circulación.
En casos más persistentes o dolorosos, se puede recurrir a analgésicos o antiinflamatorios bajo prescripción médica.
La intervención de un fisioterapeuta puede ser beneficiosa para aliviar la zona afectada y recuperar la funcionalidad muscular de manera segura.