En un movimiento sin precedentes, Estados Unidos ha tomado medidas drásticas contra Huawei al prohibir a dos de sus gigantes tecnológicos más importantes, Intel y Qualcomm, la venta de cualquier tipo de chip a la empresa china.
Desde hace más de cinco años, Huawei ha estado bajo escrutinio por parte de la Administración de EEUU, siendo una de las primeras compañías chinas en ser incluidas en su lista negra. Empresas como NVIDIA, Intel y AMD han sido afectadas por estas restricciones, pero hasta ahora, Intel y Qualcomm mantenían un cierto grado de relación comercial con Huawei, permitiéndoles vender algunos de sus semiconductores para dispositivos como ordenadores portátiles y teléfonos móviles.
Sin embargo, a mediados del pasado mes de abril, varios legisladores estadounidenses presentaron quejas ante el Departamento de Comercio para poner fin a esta relación comercial. Aunque inicialmente la Administración de Donald Trump había permitido a Intel y Qualcomm vender chips a Huawei hasta finales de 2024, este permiso ha sido revocado.
El lanzamiento del MateBook X Pro de Huawei, equipado con un potente procesador Intel Core Ultra 9 con microarquitectura Meteor Lake y una Neural Processing Unit (NPU) para inteligencia artificial, fue el detonante de este conflicto. La indignación de los legisladores estadounidenses, liderados por el congresista republicano Michael Gallagher, llevó al Gobierno de Joe Biden a exigir la revocación de la licencia de exportación que permitía a Intel y Qualcomm seguir vendiendo sus chips a Huawei.
Esta medida no solo afecta a Huawei, sino también a Intel y Qualcomm, cuyos ingresos en China se verán afectados. Un portavoz de Intel ha confirmado que sus proyecciones de ingresos para el segundo trimestre de 2024 serán menores debido a esta prohibición.
El recelo hacia Huawei se intensificó cuando en septiembre de 2023 la compañía demostró su capacidad para producir circuitos integrados de vanguardia en colaboración con el fabricante chino de semiconductores SMIC. La Secretaria de Comercio, Gina Raimondo, ha adoptado una postura firme, lo que ha llevado al endurecimiento de las sanciones contra Huawei.
En este escenario, Huawei se ve obligada a desarrollar sus propios semiconductores para reducir su dependencia de los chips estadounidenses.
