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La audiencia nacional lleva a juicio a Rubiales por el beso no consentido a Jenni Hermoso

El magistrado de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge ha decidido enviar a juicio al expresidente de la Federación Española de Fútbol Luis Rubiales por los delitos de agresión sexual y coacciones relacionadas con el beso no consentido que dio a la jugadora Jenni Hermoso después de la final del Mundial en Sídney el pasado agosto.

Tras una investigación de casi ocho meses, el juez ha determinado abrir juicio para Rubiales y otros tres implicados en la coacción a Jenni Hermoso para que respaldara la actuación del ex presidente de la RFEF: el exdirector deportivo de la selección masculina Albert Luque, el exentrenador de la selección femenina Jorge Vilda y el ex responsable de Marketing de la Federación, Rubén Rivera.

Los cuatro comparecerán ante el Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional en un juicio cuya fecha aún está por definir, donde Rubiales podría enfrentar una petición de la Fiscalía de dos años y medio de cárcel, un año más que los otros tres acusados.

Mientras se espera la fecha del juicio, Rubiales tiene un plazo de 24 horas para depositar una fianza de 65,000 euros para hacer frente a posibles responsabilidades civiles relacionadas con el delito de agresión sexual, según lo determinado por el juez en su auto de este miércoles.

Por el segundo delito, coacciones, deberá aportar otros 65,000 euros, esta vez compartidos con los otros tres acusados.

Además de la Fiscalía, Jenni Hermoso y la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) también presentan acusaciones, solicitando las mismas condenas de cárcel que el Ministerio Público.

Hermoso también pide una orden de alejamiento de 500 metros y una indemnización de 50,000 euros por daños morales, además de otros 50,000 euros a pagar junto con los otros acusados.

La resolución del juez De Jorge lleva este episodio a juicio, desencadenando una ola de protestas y la inhabilitación de Rubiales por parte de la FIFA durante tres años.

El incidente ocurrió el 20 de agosto en el Estadio Australia de Sídney, tras la victoria de la selección femenina en el Mundial.

La Fiscalía describe la conducta de Rubiales como «sorpresiva y sin consentimiento ni aceptación» por parte de Hermoso, cuando «sujetó la cabeza» de la jugadora con ambas manos y le dio «un beso en los labios» durante la entrega de medallas.

También lo acusa de presionar constantemente a Hermoso y a su entorno para que justificara y aprobara el beso, a pesar de su falta de consentimiento, amenazándola con consecuencias personales y profesionales.

Este «hostigamiento» también implica a los otros tres acusados, personas de confianza de Rubiales cuya posición en la RFEF dependía de su situación legal.

Aparte de este caso, Rubiales está siendo investigado por corrupción en los negocios y administración desleal en un juzgado de Majadahonda (Madrid) por presuntas irregularidades en contratos de la Federación durante su mandato.

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