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Lanzamiento exitoso de Starliner tras desafíos iniciales

En un acontecimiento histórico, los astronautas más veteranos de la NASA, Butch Wilmore (61 años) y Suni Williams (58 años), han despegado hacia la Estación Espacial Internacional (ISS) a bordo de la nave espacial Starliner de Boeing. Este lanzamiento marca un nuevo hito en la exploración espacial de Estados Unidos, introduciendo la sexta nave espacial tripulada del país desde que Alan Shepard se convirtió en el primer estadounidense en el espacio con la cápsula Mercury en 1961.

Desde la cápsula Mercury, han seguido importantes naves como Gemini, Apolo, el transbordador espacial y la Crew Dragon de SpaceX. Además, la nave Orion de las misiones lunares Artemisa, aunque aún no ha realizado su primer vuelo con astronautas, también forma parte de esta evolución.

Un lanzamiento esperado y problemático

Después de varios intentos fallidos, la nave Starliner de Boeing finalmente despegó exitosamente. A las 14:52 UTC del miércoles, la Starliner fue lanzada a bordo del cohete Atlas V de United Launch Alliance (ULA), separándose de la segunda etapa Centaur 15 minutos más tarde. Este lanzamiento es significativo para la familia de cohetes Atlas, que no había lanzado humanos al espacio desde la misión Mercury de Gordon Cooper en 1963.

El lanzamiento estaba inicialmente previsto para el 6 de mayo, pero fue cancelado debido a un problema en una válvula de oxígeno líquido del cohete Atlas V. Tras la inspección, se descubrió una fuga de helio en la nave, causada por un defecto en un sello de goma. A pesar de esta fuga de unos 200 gramos de helio al día, la NASA determinó que no representaba un riesgo inaceptable para la misión, optando por no solicitar a Boeing que la reparara, lo cual habría llevado meses. En su lugar, Boeing desarrolló un método alternativo para desorbitar la nave en caso de un fallo catastrófico.

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El segundo intento de lanzamiento también fracasó, siendo abortado automáticamente cuatro minutos antes del despegue debido a un fallo en un ordenador de tierra de ULA. Finalmente, después de superar estos obstáculos, la nave Starliner está ahora en una trayectoria nominal hacia la Estación Espacial Internacional.

Hacia la Estación Espacial Internacional

Si todo transcurre según lo planeado, la Starliner se acoplará a la ISS dentro de 25 horas, donde Wilmore y Williams se unirán a la Expedición 71 en órbita terrestre. Este vuelo de prueba tiene como objetivo certificar la nave para lanzamientos tripulados, por lo que los astronautas no pasarán mucho tiempo en el espacio. Estarán entre ocho y diez días en la ISS, realizando diversas pruebas en la Starliner, incluyendo una simulación de emergencia que requerirá que se refugien a bordo de la nave.

Wilmore y Williams han estado en cuarentena durante más de un mes y han pasado por dos lanzamientos abortados antes de este despegue exitoso. Ambos llevan consigo algunos objetos personales, como camisetas de sus universidades y recuerdos familiares. En el caso de Sunita, lleva también imágenes de sus dos labradores.

El largo camino de Boeing y la Starliner

Si el acoplamiento y el regreso de los astronautas se desarrollan sin contratiempos, la Starliner podrá proceder con los seis vuelos regulares que la NASA ya ha reservado. Boeing ha enfrentado numerosos desafíos para llegar a este punto. En 2010, la NASA seleccionó a Boeing y SpaceX para iniciar una nueva era de vuelos comerciales a la ISS. La Crew Dragon de SpaceX voló por primera vez con dos astronautas a bordo en 2020 y desde entonces ha transportado a 50 personas al espacio.

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Boeing recibió un contrato fijo de 4.200 millones de dólares de la NASA para desarrollar la Starliner, mientras que SpaceX recibió 2.600 millones debido a su avance con la nave Dragon de carga. A pesar de la significativa inversión, Boeing ha gestionado mal su presupuesto fijo y la Starliner ha sufrido numerosos retrasos, acumulando una pérdida de 2.000 millones de dólares debido a fallos y vulnerabilidades de diseño.

El fallo más grave ocurrió cuando Boeing, la NASA y ULA tuvieron que repetir un vuelo de prueba sin tripulación debido a un problema en el reloj interno de la nave, que impidió su acoplamiento a la ISS. Desde entonces, la Starliner ha enfrentado problemas con las válvulas del sistema de propulsión, los paracaídas y una cinta potencialmente inflamable que envolvía unos cables. A pesar de estos desafíos, la Starliner ha despegado, para la alegría de los ingenieros, los astronautas y sus familias.

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