
En la provincia de Hunan, China, el exprofesor Long Peizhu fue ejecutado el 1 de noviembre por inyección letal tras ser condenado a muerte por violar y abusar sexualmente de menores, según informaron medios locales. Long fue sentenciado por violar a cinco niñas de 12 a 14 años y abusar de otras tres de 13 a 14 años durante su período como profesor principal entre 2016 y 2020. El Tribunal Popular Intermedio de Hunan consideró la gravedad de los crímenes y dictaminó la pena de muerte. A pesar de la apelación de Long, el Tribunal Popular Superior confirmó la sentencia.
Las autoridades educativas locales han brindado asistencia y apoyo a las estudiantes afectadas, cuyos detalles se mantienen confidenciales debido a la implicación de menores. Varias víctimas experimentaron estrés postraumático, llevando a tres de ellas a autolesionarse y a una suicidarse. Especialistas destacan que las muertes por suicidio son multifactoriales y tratables, con servicios de salud mental disponibles para quienes lo necesitan.
Este caso se suma a otros incidentes similares en China, donde se han ejecutado a perpetradores de abusos sexuales a menores. Las autoridades chinas sostienen que la pena de muerte se reserva para delitos particularmente atroces, reafirmando su compromiso con la protección de los derechos de los menores. A nivel mundial, la violencia contra mujeres y niñas es una grave violación de los derechos humanos. Solo el 40% de las mujeres busca ayuda después de sufrir violencia, destacando la necesidad de políticas de prevención y apoyo institucional.