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Desafíos de salud para mujeres no heterosexuales

Mortalidad prematura y marginación

Un estudio reciente realizado por el Instituto de Atención de Salud del Peregrino de Harvard en Estados Unidos ha arrojado luz sobre una preocupante disparidad en la esperanza de vida entre mujeres heterosexuales y aquellas que se identifican como lesbianas o bisexuales. Los hallazgos revelaron que las mujeres bisexuales tienen una probabilidad un 37% mayor de morir a una edad más temprana en comparación con las mujeres heterosexuales, mientras que las mujeres lesbianas tienen un riesgo un 20% mayor de una muerte prematura.

Este estudio, publicado en la prestigiosa revista científica JAMA, ha encendido alarmas sobre los desafíos de salud específicos que enfrentan las mujeres no heterosexuales y la necesidad urgente de abordar las causas subyacentes de esta disparidad. Los investigadores sugieren que los estigmas sociales y la discriminación relacionada con la orientación sexual podrían ser factores cruciales que contribuyen a esta diferencia en la mortalidad.

La autora principal del estudio, Sarah McKetta, enfatizó la importancia de reconocer las fuerzas sociales tóxicas que afectan a las personas LGBTQ+ y cómo estas pueden tener un impacto significativo en su salud y bienestar. «Las personas LGBTQ+ están sujetas a formas únicas de estigma, prejuicio y discriminación que pueden afectar su salud de maneras profundas y duraderas», señaló McKetta en un comunicado de prensa.

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El estrés crónico resultante de la discriminación y el estigma, así como los mecanismos de afrontamiento poco saludables adoptados por muchas personas no heterosexuales, pueden contribuir a una serie de problemas de salud física y mental. Desde enfermedades cardiovasculares hasta trastornos mentales, las consecuencias de este estrés pueden ser devastadoras y, en última instancia, reducir la esperanza de vida de estas personas.

Uno de los aspectos destacados por el estudio es la marginación que enfrentan las mujeres bisexuales tanto dentro de la comunidad LGBTQ+ como en la sociedad en general. Brittany Charlton, coautora del estudio y profesora asociada de medicina de población en la Facultad de Medicina de Harvard, subrayó cómo la bifobia contribuye a los desafíos únicos que enfrentan las mujeres bisexuales.

«Las mujeres bisexuales enfrentan factores de estrés distintos tanto fuera como dentro de la comunidad LGBTQ+ que están arraigados en la bifobia. Además, las personas bisexuales a menudo son excluidas de varias comunidades», explicó Charlton. Esta doble marginación puede aumentar el estrés y la falta de apoyo social para las mujeres bisexuales, lo que a su vez puede tener un impacto negativo en su salud y bienestar a lo largo de sus vidas.

La falta de reconocimiento y apoyo dentro de la comunidad LGBTQ+ también puede contribuir a sentimientos de aislamiento y alienación entre las mujeres bisexuales. A menudo, se enfrentan a estereotipos negativos y a la invalidación de su identidad sexual tanto de la comunidad heterosexual como de la LGBTQ+, lo que puede afectar negativamente su autoestima y salud mental.

Otro factor que puede influir en la disparidad en la mortalidad entre mujeres heterosexuales y no heterosexuales es el acceso desigual a la atención médica y los servicios de salud culturalmente competentes. Las personas LGBTQ+ a menudo enfrentan barreras al acceso a la atención médica debido a la discriminación y la falta de sensibilidad de los proveedores de salud hacia sus necesidades específicas.

Para abordar esta disparidad en la esperanza de vida, es fundamental implementar políticas y programas que aborden tanto los factores sociales como los sistemas de salud que contribuyen a esta brecha. Esto incluye la promoción de la aceptación y la igualdad de las personas LGBTQ+ en la sociedad, así como la capacitación de los proveedores de salud en la atención culturalmente competente y sensible a las necesidades de esta comunidad.

Además, se necesita más investigación para comprender completamente los determinantes de la salud únicos que afectan a las mujeres no heterosexuales y desarrollar intervenciones efectivas para abordar estos problemas. Esto podría incluir estudios longitudinales que examinen cómo el estrés relacionado con la identidad sexual afecta la salud a lo largo del tiempo, así como intervenciones comunitarias que promuevan el apoyo social y la resiliencia entre las mujeres no heterosexuales.

Abordar la disparidad en la mortalidad entre mujeres heterosexuales y no heterosexuales requiere un enfoque multifacético que reconozca y aborde los factores sociales, culturales y de salud que contribuyen a esta brecha. Solo a través de un compromiso continuo con la igualdad y la inclusión podemos garantizar que todas las personas, independientemente de su orientación sexual, tengan la oportunidad de vivir una vida larga y saludable.

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