Las imágenes no dejan lugar a dudas. La enorme cantidad de residuos flotantes que los administradores del sistema Wanda divisaron en el río Juan Díaz el pasado fin de semana es realmente preocupante.
Para entender la magnitud del problema, es importante saber que Wanda cuenta con un mecanismo automático de liberación de desechos. Cuando la cantidad de material retenido pone en riesgo su sistema hidráulico, este mecanismo se activa y libera el material para que continúe su curso. Este domingo, se alcanzó el límite de la presión permitida: 40 toneladas.
Panamá se encuentra en la transición de la temporada seca a la lluviosa. El fin de semana, fuertes lluvias azotaron la ciudad capital, causando que la cantidad de residuos flotantes superara todas las expectativas.
“Estamos fuera de cualquier expectativa o pronóstico que tuviéramos. Esto es demasiado, las dimensiones sobrepasan cualquier cosa que hubiéramos imaginado”, comentó Álvaro Quirós, gerente de proyectos de la organización Marea Verde.
Quirós subrayó que el crecimiento poblacional desorganizado y sin planificación en los sectores norte y este de la provincia de Panamá está ocurriendo en medio de una mala recolección de desechos y una falta de educación sobre reciclaje.
Toda una población genera residuos sin facilidades ni sistemas de disposición adecuados. “El sistema de recolección actual es un modelo fallido que ha colapsado. No tiene la capacidad, ni administrativa ni física, para proporcionar el servicio adecuadamente. Y mientras tanto, el problema sigue creciendo. Los ríos se han convertido en los grandes receptores de los desechos”, agregó Quirós.
Quirós señaló que parte del problema radica en el desconocimiento de la población y de muchos actores sobre estos temas. Abogó por una mayor especialización para comprender y abordar las causas subyacentes de estos problemas.
El sistema Wanda fue instalado en el río Juan Díaz en septiembre de 2022, y desde entonces, la organización Marea Verde ha estado evaluando la situación de los desechos arrastrados por la corriente. Según Quirós, han encontrado de todo.
“Hemos visto desde vertidos industriales hasta animales heridos por cazadores. Conductas humanas imperdonables”, afirmó. “La gente tira muebles, electrodomésticos, neveras, refrigeradoras, estufas y sofás. Todo lo que se puede imaginar termina bajo el río: materiales de construcción, tuberías, paneles, de todo nos tiran acá”.
El río Juan Díaz recibe las aguas de otros afluentes de la provincia, arrastrando todos los residuos a su paso.
Quirós destacó que la organización se encarga de extraer el material reciclable, mientras que otros desechos son llevados al vertedero de Cerro Patacón, todo con sus propios recursos, ya que no reciben apoyo del gobierno.
“Es crucial seguir trabajando en la educación ambiental para que las personas mejoren la disposición de los desechos, separando los materiales reciclables del resto”, comentó Quirós. “No es la falta de camiones ni de vertederos, es un cambio de conducta de la población. La gente debe entender que solo tenemos un planeta, un país, una casa, y hay que cuidarla”.