El espionaje industrial y científico entre grandes potencias es una constante en el actual contexto geopolítico y geoestratégico. En las últimas semanas, China ha sido el centro de atención en estos casos. A mediados de abril, tres ciudadanos alemanes fueron arrestados en Fráncfort, acusados de robar información relacionada con tecnologías militares de vanguardia para China.
Recientemente, en Corea del Sur, una noticia ha sacudido los medios. Una exempleada de origen chino de la compañía SK Hynix fue detenida en abril en un aeropuerto surcoreano al intentar ingresar al país. La grave acusación que enfrenta es el robo de información confidencial sobre los procesos de fabricación de semiconductores de SK Hynix, presuntamente para entregársela a Huawei.
Corea del Sur cuenta con dos gigantes en la industria de los semiconductores: Samsung y SK Hynix. SK Hynix tiene aproximadamente un 29% de cuota de mercado, situándose detrás de Samsung, que ostenta cerca del 40%, y por delante de la estadounidense Micron, con alrededor del 26%. La industria de los semiconductores es estratégica para Corea del Sur debido a su significativo impacto económico.
El gobierno de Yoon Suk-yeol protege celosamente la propiedad intelectual de sus empresas estratégicas, incluidas SK Hynix y Samsung. Según The Korea Times, la acusada imprimió 3,000 páginas de documentos confidenciales dentro de las instalaciones de SK Hynix, detallando procesos avanzados de fabricación de semiconductores.
El caso se basa en un informe elaborado por SK Hynix, que actualmente está en manos de la policía surcoreana. La exempleada china fue contratada por SK Hynix en 2013 y ocupó un puesto de responsabilidad en una filial china de la empresa entre 2020 y 2022. Las autoridades de Gyeonggi Nambu investigan si este no es un caso aislado de robo de información confidencial.
Un dato relevante es que SK Hynix prohíbe a sus empleados el uso de dispositivos de almacenamiento USB en sus instalaciones, lo que llevó a la acusada a imprimir las 3,000 páginas. Este comportamiento levantó sospechas y finalmente la delató. La exempleada se enfrenta a una posible condena de 18 años de prisión, y las pruebas que posee la policía surcoreana parecen ser contundentes.
Este caso pone de manifiesto la importancia de la seguridad en la industria de los semiconductores y la vigilancia constante que deben mantener las empresas para proteger su propiedad intelectual en un entorno global cada vez más competitivo y susceptible a actos de espionaje.