
Un reciente estudio sugiere que el consumo de bebidas energéticas podría estar relacionado con paros cardíacos repentinos en personas con enfermedades cardíacas genéticas.
La investigación se centró en un grupo de siete pacientes que habían ingerido una o más bebidas energéticas antes de experimentar un paro cardíaco. Estos pacientes formaban parte de un grupo más amplio de 144 supervivientes de paros cardíacos tratados en la Clínica Mayo.
El Dr. Michael Ackerman, cardiólogo genético de la Clínica Mayo y autor principal del estudio, advirtió sobre los riesgos asociados al consumo de estas bebidas para individuos con predisposición genética a enfermedades cardíacas. «Aunque el riesgo relativo es pequeño y el riesgo absoluto de muerte súbita tras consumir una bebida energética es aún menor, aquellos con antecedentes de muerte súbita o enfermedades cardíacas genéticas deben considerar cuidadosamente los riesgos y beneficios antes de consumir estas bebidas,» explicó Ackerman.
Las bebidas energéticas contienen entre 80 y 300 miligramos (mg) de cafeína por porción, en comparación con los aproximadamente 100 mg que se encuentran en una taza de café de 8 onzas. Además de la cafeína, estas bebidas suelen incluir otros estimulantes como la taurina y el guaraná, que no están regulados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos.
Los médicos sospechan que los ingredientes de las bebidas energéticas pueden afectar la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la función del músculo cardíaco, lo que podría desencadenar problemas en el ritmo cardíaco y, eventualmente, llevar a un paro cardíaco repentino.
El estudio fue publicado en la edición del 6 de junio de la revista Heart Rhythm. Analizando a los siete pacientes, Ackerman señaló que es probable que otros factores también hayan contribuido a sus paros cardíacos. Estos factores incluyen la falta de sueño, la deshidratación, la dieta extrema o el ayuno, y el uso de medicamentos que afectan el ritmo cardíaco.
«Es probable que el consumo de bebidas energéticas, combinado con otros factores de riesgo, haya creado una ‘tormenta perfecta’ que condujo a paros cardíacos repentinos en estos pacientes,» dijo Ackerman en un comunicado de prensa de la revista.
En un editorial adjunto, el Dr. Peter Schwartz, cardiólogo italiano y director del Laboratorio de Genética Cardiovascular del IRCCS Istituto Auxologico Italiano en Milán, respaldó la advertencia de Ackerman. «Es de sentido común considerar que las bebidas energéticas podrían ser un factor contribuyente al paro cardíaco,» afirmó Schwartz.
«Los críticos podrían argumentar que estos hallazgos son meramente una coincidencia. Sin embargo, tanto nosotros como el equipo de la Clínica Mayo estamos conscientes de que no hay evidencia concluyente de que las bebidas energéticas causen arritmias mortales. No obstante, sería negligente no advertir sobre este posible riesgo,» añadió Schwartz.
El estudio subraya la necesidad de realizar más investigaciones para establecer una conexión clara y definitiva entre el consumo de bebidas energéticas y la aparición de arritmias que pueden resultar letales. Mientras tanto, los expertos sugieren precaución, especialmente para aquellos con predisposición a problemas cardíacos.