
El gobierno de Honduras emitió este viernes una declaración de “emergencia sanitaria nacional” debido al alarmante aumento de casos de dengue en el país, que han superado los 20,500 y han resultado en al menos una decena de fallecimientos, según informó una fuente oficial.
El jefe de la Región Sanitaria Metropolitana del Distrito Central, Gilberto Ramírez, comunicó a los medios locales que el país se encuentra en una situación epidemiológica crítica, con alerta roja o máxima a nivel nacional.
Desde el 1 de enero hasta la fecha actual, Honduras ha registrado 20,563 casos sospechosos de dengue, una enfermedad que puede ser mortal en su forma hemorrágica, y ha reportado diez muertes, según datos proporcionados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Según las cifras de la OPS, Honduras encabeza la región centroamericana en cuanto a casos sospechosos, seguido por Nicaragua con 17,339 casos y Guatemala con 12,570.
En el Distrito Central, que incluye las ciudades de Comayagüela y Tegucigalpa, la capital del país, se han registrado más de 6,000 casos de dengue, lo que ha llevado a una saturación de los hospitales estables, informó Ramírez.
Ante esta situación, se han habilitado más salas de estabilización para pacientes con dengue. Sin embargo, el funcionario expresó su preocupación por el incumplimiento de las medidas de prevención por parte de la población, que contribuyen a la proliferación del mosquito Aedes aegypti, transmisor de la enfermedad.
En Honduras circulan cuatro serotipos de dengue, y se insta a la población a buscar atención médica de inmediato si presenta síntomas como fiebre alta, dolor de cabeza, vómitos y erupciones en la piel.
Las autoridades sanitarias están llevando a cabo una campaña de control y prevención en las ciudades más afectadas, que incluye la destrucción de criaderos de mosquitos, la limpieza de terrenos baldíos, la eliminación de depósitos de agua estancada y la fumigación.
En 2019, Honduras experimentó la peor epidemia de dengue en su historia, con 112,708 casos registrados y 180 muertes en un país con una población de 9.8 millones de habitantes.