
Cuatro senadores demócratas de Estados Unidos han anunciado este viernes la presentación de un proyecto de ley destinado a abordar el flujo de armas provenientes de Estados Unidos hacia las Américas, informó uno de los senadores a través de un comunicado oficial.
El senador Ben Cardin, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, destacó que estas armas de fuego juegan un papel crucial en la violencia de pandillas, las violaciones de derechos humanos y la inestabilidad política en la región. El proyecto de ley, conocido como Ley de Monitoreo Regional de Ventas de Armas en las Américas (ARMAS), propone trasladar la autoridad sobre las armas pequeñas desde el Departamento de Comercio al Departamento de Estado. Además, busca establecer un programa interinstitucional para combatir el tráfico ilegal de armas y mejorar la supervisión del Congreso sobre este tema.
El congresista demócrata Joaquín Castro ya ha presentado un proyecto de ley similar en la Cámara de Representantes, subrayando la preocupación por el uso de armas fabricadas en Estados Unidos por bandas criminales en países como México, Haití y Ecuador, donde contribuyen significativamente a los niveles de violencia.
El senador Cardin, junto con sus colegas Tim Kaine, Chris Murphy y Dick Durbin, todos coautores del proyecto, argumentaron que la Ley Bipartidista de Comunidades Más Seguras ha convertido el tráfico de armas de fuego en un delito federal, pero enfatizaron que el gobierno puede y debe hacer más para combatir a los traficantes y evitar que las armas ilegales terminen en manos de criminales.
En particular, México ha sido uno de los países más afectados por este problema y ha expresado su preocupación y ha emprendido acciones legales contra vendedores y fabricantes de armas estadounidenses, responsabilizándolos del tráfico ilegal hacia su territorio. Durante la administración del presidente saliente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), se han confiscado aproximadamente 50,000 armas de contrabando, con el 70% de estas armas provenientes de Estados Unidos.
El gobierno mexicano estima que el flujo anual de armas ilegales hacia su país alcanza unas 500,000 piezas, una situación que considera central en la crisis de violencia criminal que enfrenta. Esta problemática refuerza la necesidad urgente de medidas legislativas y de cooperación internacional para abordar el tráfico ilegal de armas y sus efectos devastadores en la seguridad regional.