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El Auge de las Maratones Populares

Riesgos y Realidades

El fenómeno de las maratones populares ha experimentado un crecimiento exponencial en las últimas décadas, atrayendo a participantes de todas las edades y niveles de condición física. Sin embargo, detrás de la euforia de cruzar la línea de meta se esconde una realidad menos glamurosa: los riesgos asociados con este desafío atlético.

La historia de la maratón tiene sus raíces en la antigua Grecia, donde se dice que un soldado llamado Filípides corrió desde el campo de batalla de Maratón hasta Atenas para anunciar la victoria griega sobre los persas, antes de sucumbir a la extenuación. Aunque esta narrativa puede ser más mito que realidad, sirve como un recordatorio de los peligros inherentes a la carrera de resistencia.

¿Qué tan peligrosas son realmente las maratones? Es una pregunta compleja que no tiene una respuesta simple. Los riesgos varían según una multitud de factores, incluida la salud y preparación física del corredor, las condiciones climáticas y el esfuerzo individual durante la carrera. En promedio, estudios recientes han estimado una tasa de mortalidad de aproximadamente 0.67 por cada 100,000 participantes que completan la carrera, lo que equivale a una muerte por cada 149,968 corredores.

Los datos también revelan disparidades de género en los riesgos asociados con las maratones, con una tasa de mortalidad más alta entre los hombres que entre las mujeres. Además, las muertes tienden a ocurrir con mayor frecuencia hacia el final de la carrera, un fenómeno que no sorprende dada la naturaleza extenuante de la prueba.

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El Dr. Juan Carlos Portugal del Pino, cardiólogo destacado, ha advertido sobre los riesgos cardiacos asociados con el ejercicio extremo, citando el preocupante número de participantes en la última maratón de Madrid que requirieron atención médica, incluidos varios que fueron hospitalizados. Estas cifras subrayan la importancia de abordar la seguridad y el bienestar de los corredores en eventos de gran magnitud.

Pero, ¿significa esto que el ejercicio intensivo es más perjudicial que beneficioso? La respuesta sigue siendo esquiva, ya que la comunidad científica aún no ha alcanzado un consenso sobre los límites exactos de la intensidad del ejercicio y sus efectos en la salud. Si bien algunos estudios han sugerido riesgos, como el aumento del riesgo de calcificación de las arterias coronarias en personas que realizan actividad física extenuante, otros han encontrado pocas pruebas de problemas cardiovasculares a largo plazo asociados con el ejercicio vigoroso.

Entonces, ¿deberíamos abandonar el running por completo? La respuesta es un rotundo no. Correr sigue siendo una forma efectiva y accesible de ejercicio para la mayoría de las personas, con numerosos beneficios para la salud física y mental. Sin embargo, es crucial reconocer los límites individuales y practicar la moderación en la búsqueda de metas atléticas.

El mensaje clave es que el ejercicio moderado es suficiente para mejorar la salud y el bienestar, mientras que empujarse más allá de los límites puede aumentar el riesgo de lesiones y problemas de salud. Es importante escuchar a nuestro cuerpo, conocer nuestros límites y buscar orientación profesional si tenemos dudas sobre nuestra capacidad para participar en eventos de resistencia como las maratones.

Si bien las maratones populares ofrecen emocionantes desafíos y oportunidades para la superación personal, también conllevan riesgos que no deben subestimarse. Al adoptar un enfoque equilibrado y consciente hacia el entrenamiento y la participación en eventos atléticos, podemos disfrutar de los beneficios del running mientras minimizamos los riesgos para nuestra salud a largo plazo.

 

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