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El Futuro de las Consolas de Videojuegos ¿Un Mundo de Opciones Abiertas?

¿Un Mundo de Opciones Abiertas?

Imaginemos la siguiente situación: nos sentamos en el sofá, encendemos la tele e iniciamos nuestra consola. Vamos a buscar y comprar un juego nuevo, que hoy hemos cobrado la nómina y estamos que lo tiramos. ¿A dónde vamos? Seguramente a la Microsoft Store o a la PlayStation Store, porque no nos queda otra. Tanto la Xbox Series X|S como la PlayStation 5 solo admiten sus propias tiendas. Pero ¿y si hubiese opción? ¿Y si el usuario de Xbox pudiese comprar sus juegos en, digamos, Epic Games? Para Phil Spencer, eso tiene futuro. Y además, mucho sentido.

El poder elegir. En declaraciones a Polygon, Phil Spencer expresó hace unos días su frustración con los ecosistemas cerrados y confirmó que poder elegir «el tipo de experiencia que tienes [eligiendo dónde comprar los juegos]» en PC «tiene un valor real». La cosa, claro, ha cambiado mucho con los años y ahora esta estrategia de mira con otros ojos.

Pérdidas y jardines. Las consolas han sido, históricamente, jardines amurallados de acceso asequible y extras caros. El jugador paga un precio bajo por el hardware (normalmente a pérdidas o sin apenas márgenes) y paga un precio más elevado por el software (los juegos), que es donde realmente está el beneficio.

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La consola a precio asequible es el jardín, el videojuego es la botella de agua que vale 80 euros y el muro es que si quieres agua, solo puedes comprarla en el único puestecillo que hay en el jardín que, además, es del dueño del jardín. Esto, cuando todas las consolas tenían lector de discos, era menos evidente, pero la llegada y penetración de las consolas solo digitales lo han hecho más evidente.

Vender hardware barato no sale a cuentas. De acuerdo a Phil Spencer, esto tenía sentido hace unos años, ya que la pérdida en hardware se recuperaba con el software, pero según el jefe de Xbox, «la Ley de Moore se ha ralentizado. El precio de los componentes de una consola no está bajando tan rápido como en generaciones anteriores». A ello hemos de sumarle el auge del PC gaming, el estancamiento del parque de consolas y la llegada de las consolas/ordenadores tipo Steam Deck. Hay demasiadas opciones, muchas más que antes, y la pregunta es si mantener a los jugadores dentro del jardín amurallado tiene sentido.

Abrir las puertas. Spencer no tiene claro que esta estrategia esté haciendo crecer a la industria. De hecho, la tendencia es más bien la contraria. ¿Por qué el PC gaming es atractivo? Porque da opciones. Si bien es cierto que Steam tiene una posición claramente dominante en el mundo de los videojuegos, nada (salvo un contrato de exclusividad) impide que un juego esté en Microsoft Store, Epic Games, Steam, GOG o cualquier otra plataforma. Eso mejora la competencia y, ante todo, da opciones al jugador, que no se ve atado a una tienda concreta.

Para Xbox tiene sentido. Abrir Xbox y permitir otras tiendas de videojuegos podría ser un aliciente importante para los jugadores, que verían en esta posibilidad un buen argumento optar por la consola de Microsoft. Y no necesariamente por los juegos exclusivos de Microsoft, sino por la posibilidad de comprarlos a precios más bajos en otras tiendas, de aprovechar promociones de terceros, etc.

La clave, en cualquier caso, no es tanto que el usuario se decante por un hardware u otro, la clave es que los juegos estén disponibles y en ese sentido, el hardware solo es una plataforma de acceso. Ya no es una cuestión de qué juegos exclusivos puedo reproducir en mi electrodoméstico reproductor de videojuegos, sino qué opciones tengo a la hora de conseguirlos y cuán versátil es la plataforma. Acercarse al PC es, en ese sentido, una estrategia interesante.

La apertura de los ecosistemas de consolas es un tema candente en la industria del videojuego. Tradicionalmente, las grandes compañías como Microsoft y Sony han mantenido un control estricto sobre sus plataformas, limitando a los jugadores a comprar juegos exclusivamente a través de sus propias tiendas en línea. Sin embargo, las opiniones están cambiando, y figuras influyentes como Phil Spencer, jefe de Xbox, están abogando por un cambio hacia un modelo más abierto y flexible.

La noción de permitir a los jugadores comprar juegos a través de diferentes tiendas en línea no es nueva en el mundo del gaming. En la plataforma de PC, Steam ha dominado durante mucho tiempo el mercado, pero aún así, los jugadores tienen la opción de comprar juegos a través de otras tiendas como Epic Games, GOG y Microsoft Store. Esta competencia ha demostrado ser beneficiosa tanto para los consumidores como para los desarrolladores, al fomentar la innovación y ofrecer una variedad de opciones.

Uno de los principales argumentos a favor de abrir los ecosistemas de consolas es el cambio en la economía de la industria. En el pasado, las consolas se vendían a menudo con pérdidas o márgenes mínimos, con la esperanza de que las ganancias vendrían de las ventas de software. Sin embargo, con el aumento de los costos de desarrollo y la competencia con el PC gaming, esta estrategia ya no es tan viable como solía ser. Phil Spencer señala que los precios de los componentes de hardware no están disminuyendo tan rápido como antes, lo que significa que las consolas deben encontrar nuevas formas de generar ingresos.

Además, la creciente popularidad de las consolas/ordenadores tipo Steam Deck está desafiando el dominio tradicional de las consolas de sobremesa. Estos dispositivos híbridos ofrecen a los jugadores la libertad de jugar a sus juegos favoritos en cualquier lugar, combinando la portabilidad de una consola con la versatilidad de un PC. En un mercado cada vez más saturado, las consolas deben adaptarse para mantener su relevancia.

La apertura de los ecosistemas de consolas no solo beneficiaría a los jugadores, sino también a los desarrolladores. Con más opciones para distribuir y vender sus juegos, tendrían acceso a un público más amplio y diverso. Esto podría impulsar la innovación y la creatividad en la industria, ya que los desarrolladores estarían más incentivados para crear experiencias únicas y originales.

Sin embargo, abrir los ecosistemas de consolas no está exento de desafíos. Las compañías como Microsoft y Sony tendrían que reconsiderar sus modelos de negocio y encontrar formas de mantener su rentabilidad en un mercado más competitivo. Además, la seguridad y la protección de los datos del usuario seguirían siendo preocupaciones importantes, especialmente con la proliferación de amenazas cibernéticas.

El futuro de las consolas de videojuegos es incierto, pero una cosa es segura: el status quo ya no es sostenible. Con la tecnología y el mercado en constante evolución, las compañías de videojuegos deben adaptarse o arriesgarse a quedarse atrás. La apertura de los ecosistemas de consolas puede ser un paso en la dirección correcta, ofreciendo a los jugadores más opciones y libertad, y fomentando la innovación en toda la industria.

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