Envejecer de manera saludable, o lo que es lo mismo, experimentar un envejecimiento con mayor calidad de vida, depende en gran medida (un 74%, según estudios) de mantener buenos hábitos de vida, que incluyen la alimentación, el ejercicio, niveles de estrés, hábitos tabáquicos, exposición a la contaminación ambiental, y por supuesto, un adecuado descanso. Dormir bien tiene un impacto positivo en la calidad de vida, la morbilidad y la prevención primaria de diversas enfermedades.
Los japoneses, conscientes de esto, valoran enormemente las «inemuri», término que significa «estar presente mientras se duerme». Estas siestas breves son vitales para ellos por dos razones principales: protegen de enfermedades y pueden retardar el envejecimiento cerebral.
La duración de una «inemuri» puede ser desde unos cinco minutos hasta una hora, dependiendo de la actividad que se esté realizando. A menudo se practica en público, lo que implica que el sueño puede interrumpirse abruptamente. Las empresas en Japón promueven esta práctica como una forma efectiva de aumentar la productividad, mejorar la memoria y prevenir el envejecimiento cerebral.
Las microsiestas japonesas se realizan donde sea conveniente, ya sea en el trabajo, en el transporte público, en un banco en la calle e incluso en cafeterías especialmente diseñadas para ello. En Japón, hay establecimientos que ofrecen cabinas donde los clientes pueden tomar café y descansar brevemente.
Es importante tener en cuenta que, si bien una siesta puede ser beneficiosa durante el día para desconectar y recargar energías, no debe considerarse como una solución a la falta de sueño nocturno. Los expertos recomiendan dormir entre 7 y 9 horas diarias para adultos de 26 a 64 años, y entre 7 y 8 horas para personas mayores de 65 años. Un sueño de calidad tiene múltiples beneficios, como estimular el metabolismo, mejorar la memoria y la concentración, facilitar la toma de decisiones y resolver problemas, así como prevenir diversas enfermedades.