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«Crisis Diplomática Entre Panamá y Nicaragua Desatada por el Asilo a Ricardo Martinelli»

«Crisis Diplomática Entre Panamá y Nicaragua Desatada por el Asilo a Ricardo Martinelli»

En medio de una creciente tensión diplomática entre Panamá y Nicaragua, el asilo otorgado al ex presidente panameño Ricardo Martinelli ha desencadenado una serie de acciones y declaraciones que amenazan con profundizar aún más la brecha entre ambos países. Lo que inicialmente parecía ser una medida humanitaria en respuesta a presuntas persecuciones políticas, ha evolucionado rápidamente en una crisis diplomática de proporciones inesperadas.

La situación tomó un giro significativo cuando el presidente panameño Laurentino Cortizo reveló públicamente la existencia de una «estrategia» destinada a abordar lo que él describió como una «escalada diplomática» con Nicaragua. Esta declaración, junto con la llamada a consultas del embajador panameño en Nicaragua, José de Jesús Martínez, ha elevado la tensión entre ambos países a niveles sin precedentes.

La posición de Panamá se fundamenta en su percepción de que el gobierno de Nicaragua está violando flagrantemente normas fundamentales del derecho internacional al permitir que Martinelli realice actividades políticas desde su territorio. Este argumento se basa en la premisa de que el ex presidente panameño, al haber obtenido asilo por razones políticas, debería abstenerse de participar en actividades que puedan ser interpretadas como injerencia en los asuntos internos de Panamá.

(Lee Ultimas: Panamá toma acción diplomática).

Sin embargo, esta postura ha generado críticas por parte de expertos legales y defensores de los derechos humanos, quienes argumentan que Martinelli tiene derecho a la libertad de expresión y al ejercicio de sus derechos políticos, independientemente de su estatus como asilado político. El abogado internacionalista Pedro Sittón Ureta ha sido especialmente vocal al respecto, enfatizando que negarle a Martinelli estos derechos equivaldría a revictimizarlo y socavar los principios fundamentales del derecho de asilo.

En el centro del conflicto se encuentra la interpretación de los tratados internacionales sobre asilo político, en particular la Convención sobre Asilo de 1928 y la Convención sobre Asilo Político de 1933. Mientras que Panamá sostiene que estas convenciones no amparan la participación política de los asilados en actividades que puedan afectar la estabilidad de su país de origen, Nicaragua argumenta que el asilo concedido a Martinelli le otorga plenos derechos civiles y políticos, incluido el derecho a participar en la vida política.

La situación se ha visto complicada aún más por el contexto electoral en Panamá, donde se acercan las elecciones presidenciales y el favorito para ganar, José Raúl Mulino, ha asumido un papel destacado en el debate sobre el asilo a Martinelli. La inhabilitación de otro candidato presidencial, conocido como «El Loco», ha añadido un elemento adicional de incertidumbre a la contienda electoral, exacerbando las tensiones políticas en el país.

En este contexto, la llamada a consultas del embajador panameño en Nicaragua ha sido interpretada como un paso agresivo por parte del gobierno de Panamá, destinado a enviar un mensaje claro sobre su postura respecto al asilo de Martinelli. Sin embargo, esta medida también ha sido criticada por aquellos que la consideran como una escalada innecesaria en un conflicto que podría resolverse a través del diálogo y la diplomacia.

La comunidad internacional ha seguido de cerca el desarrollo de esta crisis diplomática, expresando su preocupación por el impacto que podría tener en la estabilidad de la región centroamericana. Organizaciones de derechos humanos han instado a ambas partes a buscar una solución pacífica y respetuosa del derecho internacional, que garantice el pleno ejercicio de los derechos de Martinelli sin comprometer la soberanía de Panamá.

El desenlace de esta crisis diplomática dependerá de la voluntad política de ambas partes para llegar a un acuerdo que respete los derechos fundamentales de todas las partes involucradas. Mientras tanto, la incertidumbre y la tensión siguen en aumento, dejando en el aire el futuro de las relaciones entre Panamá y Nicaragua y el destino de Ricardo Martinelli en medio de esta tormenta política.

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