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Crisis Humanitaria en Darién

Desafíos y Llamados a la Acción

El informe reciente de la Defensoría del Pueblo y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) ha pintado un sombrío panorama de la situación de los derechos humanos en la región de Darién, donde la frontera colombo-panameña se ha convertido en un escenario de vulnerabilidad extrema para miles de migrantes y refugiados que buscan un futuro mejor en América del Norte.

Bajo el título de «En estado de alarma», el informe detalla una serie de desafíos alarmantes que enfrentan las personas que cruzan la densa selva del Darién en su camino hacia el norte del continente americano. Entre los principales problemas identificados se encuentran el robo, los ataques físicos, la extorsión, la violencia sexual y el trauma de presenciar muertes violentas, todos los cuales representan una clara violación de los derechos humanos más fundamentales.

El informe revela que la violencia sexual es una de las preocupaciones más apremiantes, con un alarmante 20% de mujeres entrevistadas en las Estaciones de Recepción de Migrantes (ETRM) reportando haber sido víctimas de este tipo de violencia. Además, se encontró que a 17 mujeres se les había pedido favores sexuales a cambio de seguridad u otros beneficios, lo que subraya la desesperada situación en la que se encuentran muchas de estas personas.

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Las comunidades de acogida en Darién tampoco están exentas de estos horrores, con 3 casos adicionales de violencia sexual reportados, junto con solicitudes de favores a cambio de beneficios para un total de 17 personas. Estas cifras son solo la punta del iceberg, ya que se estima que más del 50% de los entrevistados estaban al tanto de casos de violencia sexual en la región.

Además de la violencia, el informe también destaca otras condiciones preocupantes que enfrentan los migrantes y refugiados en Darién. La falta de información al llegar, la inseguridad en las ETRM, la discriminación por nacionalidad y los robos cometidos por otros migrantes son solo algunos de los desafíos cotidianos que enfrentan estas personas mientras luchan por sobrevivir en un entorno hostil.

En cuanto a las necesidades básicas no cubiertas, el informe identifica una serie de deficiencias graves, que incluyen la falta de higiene, privacidad, espacios separados para niños y adolescentes, alimentación adecuada, atención médica y acceso al agua potable. Estas condiciones inhumanas solo agravan aún más la vulnerabilidad de una población ya expuesta a múltiples peligros.

Uno de los hallazgos más preocupantes del informe es la falta de acceso a la justicia para aquellos que han sufrido violaciones de derechos humanos. A pesar de que el 88% de los afectados declararon haber experimentado alguna forma de vulneración, más del 20% no denunció los abusos debido a la falta de conocimiento sobre a quién recurrir o por miedo a represalias.

El perfil de los migrantes y refugiados entrevistados ofrece una visión más amplia de la crisis en Darién. La mayoría son mujeres (57%) y hombres (42%) entre las edades de 18 y 60 años, con un abrumador 77% proveniente de Venezuela, seguido por Colombia (10%), Ecuador (7%), Perú (3%) y otras nacionalidades (3%). En cuanto a los destinos, el 94% se dirigía a los Estados Unidos, lo que subraya la magnitud de la crisis migratoria en la región.

Ante esta situación alarmante, Alberto Brunori, representante regional de OACNUDH para América Central y República Dominicana, ha instado a una acción inmediata. Brunori expresó su preocupación por la vulnerabilidad de los migrantes y refugiados, especialmente mujeres, niños y niñas, y enfatizó la necesidad de que las instituciones estatales y otros actores intensifiquen sus esfuerzos para prevenir futuros abusos y garantizar que los responsables rindan cuentas por sus acciones.

El aumento exponencial en el número de personas que atraviesan la selva del Darién en los últimos años es otro aspecto preocupante de esta crisis. Mientras que entre 2010 y 2020 alrededor de 120 mil personas pasaron por esta región, en 2023 esa cifra se disparó a más de 500 mil, y en lo que va del año 2024 se han registrado otros 72 mil casos. Esta tendencia al alza subraya la urgencia de abordar los problemas subyacentes que impulsan esta migración masiva y encontrar soluciones sostenibles a largo plazo.

La situación de los derechos humanos en Darién es grave y requiere una respuesta inmediata y coordinada por parte de la comunidad internacional. La protección de los derechos fundamentales de los migrantes y refugiados que atraviesan esta región debe ser una prioridad absoluta, y es imperativo que se tomen medidas concretas para abordar los desafíos sistémicos que subyacen a esta crisis humanitaria.

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